Lately i've been losing sleep dreaming about the things that we could be {Privado}

¿De que serbia tener un bar propio si tenía que acabar trabajando allí más que ninguno? La chica que tenía contratada para la barra había caído enferma de modo que había tenido que tomar el coche a última hora para cubrirla ya que ninguno de los otros dos camareros vivían en la zona y tardarían demasiado en llegar. El bar ya estaba lleno cuando aparque, de modo que agradecí a Frank, el chico que teníamos en la puerta para la seguridad que se hubiera hecho cargo antes de entrar a la barra a trabajar recogiéndome el pelo mientras comenzaba a tomar pedidos.

No debería estar aquí, no debí haber regresado,  pero no podía con las ganas de volver a verla, la necesitaba, la amaba… aunque hay desaparecido de su vida sin explicarle nada, pero no tuve opción, fui obligado. Ni siquiera se cuanto tiempo paso, pero los días me parecían años, estar separado de ella me era bastante difícil, doloroso.  Pague al taxi que me trajo hasta el bar que le indique me llevara, no porque quería ir a emborracharme, aunque no sería mala idea, pero de todos los bares me encontraba en este solo porque es de mi Freya. Baje del taxi y me quede de pie fuera unos momentos observando el bar, estaba nervioso, impaciente ¿Cómo reaccionara cuando me vea? Dudo que corra hasta mis brazos y me bese… más bien terminara echándome del local o algo peor.

Suspire para tratar de tranquilizarme y deje de estarme haciendo idiota para entrar al lugar, mire alrededor… llenísimo de gente. Me dirigí hasta la barra con la esperanza de que ella anduviera por aquí y la suerte estaba de mi lado, estaba a unos metros de distancia. Fue inevitable no quedarme con mi cara de idiota al verla… Sigue tan hermosa como la recordaba. Me arme de valor para acercarme más a la barra. – Freya… mi amor – La llame  esperando me escuchara con todo este ruido de música o solo debería reconocer mi efluvio, si es que no se olvido de mi aun.

El sitio estaba moderadamente lleno, lo que lo hacía mejor. Se necesitaba un trabajo para pagar las facturas y la distracción era más que bienvenida. Este bar era lo que me había salvado de volverme loca durante el último año. Podía escuchar a la tía Wen diciendo que deberíamos dejar San Francisco, mudarnos a Europa o algo así pero esta seguía siendo mi casa, aunque él se hubiera marchado. ¿Qué hacia siquiera pensando en aquello? Al parecer destapar cervezas y preparar copas no era suficiente para sacarle de mi cabeza así que me centre en recordar el día que había llegado a casa y me habían dicho que se había marchado sin un adiós siquiera. Sí, eso era lo que necesitaba. El pitido del lavavajillas me devolvió a la realidad, girándome para sacar la bandeja de vaso para colocarles cuando sentí un aroma familiar. Realmente tenía que dejar de pensar en el, ya hasta estaba imaginando cosas, pero cuando escuche una voz a mis espaldas un escalofrió recorrió mi espalda haciendo que la bandeja casi se cayera de mis manos. Benditos reflejos, de no ser por ellos ya estaría rodeada de cristales. Apoye la bandeja en el mueble de las bebidas dándome la vuelta casi con miedo. En el fondo esperaba que todo hubiera sido imaginaciones mías pero no, ahí le tenía, justo frente a mí. El sonido de la música y las voces de los clientes se esfumo y casi podía sentir mis ojos abriéndose con sorpresa. - ¿Qué? ¿Qué estás haciendo aquí? – le dije recuperándome de la sorpresa inicial. ¿Cómo se atrevía a aparecerse luego de tanto tiempo? Note el enfado envolviéndome y lo agradecía. Estar enfadada era mucho mejor que deprimida.

Esto de tenerla cerca, no poder abrazarla y besarla… aunque podría hacerlo y arriesgarme a cualquier maltrato que me dé. En cuanto se giro, fije mi mirada en sus ojos, esos ojos que desde el momento en que la conocí me enamoraron y al parecer seguían teniendo efecto en mí, que en realidad mi amor por ella jamas se acabo. Pero no era momento de ponerme a recordar como la conocí. Suspire al escuchar su pregunta ¿Qué hacia aquí? Está claro que venía a verla porque simplemente no podía seguir alejado de ella, arriesgándome a que algo malo me hagan por no cumplir con lo que me habían pedido, pero lo que me hagan a mi no me preocupaba, era más las ganas de estar aunque sea unos momentos junto a ella que valía la pena el riesgo. –   Necesitaba verte – Se que no debí decirle eso, además dudo que me crea. – ¿Puedo abrazarte? – Pregunte temiendo un rechazo de su parte al notar su enfado, pero me moría de ganas por tenerla entre mis brazos.

Tenía que mantenerme firme. Si dejaba que me ablandara con un par de palabras solo conseguiría que me hiciera daño otra vez, pero por algún motivo cuando dijo que necesitaba verme le creí, o mejor dicho, desee poder creerle. Sería fácil saltar la barra y abrazarle pero en su lugar solté un bufido. - No puedes estar hablando en serio... – dije casi en un susurro sacudiendo la cabeza girándome hacia el grifo de cerveza para servir los pedidos y hacer algo con mis manos. – ¿Te largas casi un año y vuelves como si nada para pedirme un abrazo? – añadí intentando sonar desinteresada.

Y tal como lo esperaba, no me cree … pero no podía contarle la verdad del porque desaparecí, además ¿Qué posibilidades existían de que ella me crea? Ninguna.  Que ganas de tomarla en brazos y llevármela muy lejos contra su voluntad, para desaparecer de la vista de  quien o quienes  no quieren que este a su lado, pero jamás  podría hacer algo contra su voluntad,  me niego a hacerle daño algo solo por conseguir mi felicidad a su lado. Mire algo mal a los clientes que parecían ser más importantes en estos momentos para ella que yo. – No, también vine a pedirte un beso – Y no mentía con eso. Camine rodeando la barra para ir al otro lado, hubiera saltado pero mostrar mis habilidades frente a idiotas humanos es lo que menos quiero.  – Deja de atender clientes y vayamos a hablar a un sitio más privado – le quite las bebidas de sus manos dejándolas en la barra y tome su mano tirando de ella un poco.

Mire alrededor de lugar buscando si no había algún familiar suyo por aquí, no tenía intenciones de toparme con nadie más, no cuando se supone tengo prohibido estar aquí. No vi a nadie por suerte, además de ser así reconocería sus efluvios.  Volví la mirada a ella escuchándole, si le digo lo que quiero estoy seguro no me creerá y yo tengo la culpa por darle motivos, no debí huir como un maldito cobarde. Un pequeño gruñido se me escapaba cuando prefirió seguir atendiendo clientes y no a mí, además de echarme. -  ¿Ya no me amas? – Pregunte mirándola, no era ni el momento ni el lugar para preguntarle tal cosa, pero lo hice. – Porque yo sí y mucho, por eso estoy aquí -

Y con esa confesión conseguí lo que quería... que me pusiera atención  aunque creo conseguí algo más que eso por su pequeño accidente. Negué de inmediato a sus palabras. – No, por supuesto que no quiero hacerte daño – Me acerque a ella y lleve mi mano a su mejilla. – Te amo y jamás podría hacerte daño - Suspire apartando mi mano de su mejilla y mire sus labios unos momentos. O más bien el daño si se lo había hecho cuando me fui sin decirle nada, pero no me quedo otro remedio. –  No respondiste a mi pregunta ¿ya no me amas? – Pregunte levantando la mirada a sus ojos.

Y seguía sin responderme, ¿Cómo puede pensar que no importa? Claro que importa, pero esto es mi culpa… no debí irme, tal vez seria mejor contarle la verdad aunque llevo las de perder, jamás me creerá por la sencilla razón que su familia tuvo mucho que ver.  Suspire antes de comenzar a hablar. – Importa muchísimo, no tienes idea de lo mucho que sufrí todo este tiempo teniendo que estar lejos de ti, pero tuve que irme … lo siento - Me acerque de nuevo tomando una de sus manos acercándola a mi pecho colocándola del lado de mi corazón.

Por muchas disculpas que le dé sé que no será suficiente, lo que le hice es difícil de perdonar,  en este momento quería ir a buscar a la culpable de que lo único perfecto que tenía en mi vida se fuera a la mierda, hacerle frente sin importar las consecuencias, pero no podía hacer eso. Asentí ligeramente a sus palabras, quería retroceder el tiempo  justo antes de haberme largado sin decirle nada y cambiar eso, pero para mi desgracia es imposible. Hice una pequeña mueca algo triste cuando aparto su mano de mi pecho y mas al  escucharle decirme aquello que era más que obvio. – Se que lo que hice estuvo bastante mal, pero no descansare hasta conseguir me perdones y recuperar tu amor  – Volví a tomar su mano y la acerque a mis labios dándole un beso en su dorso.

Asentí escuchándole pero ella no me dejo otra opción, le pedí fuéramos a un lugar para hablar y prefirió sus clientes. – Entonces vayámonos de aquí – Volví a besar su mano y la mire esperando una respuesta positiva. Es un hecho que no me iba a dar por vencido tan fácil, estaba decidido a recuperar lo que me fue arrebatado.

Como me diga que no tendré que seguir insistiendo, pero no me iría de aquí hasta tener aunque sea un momento a solas con ella ¿para qué? Uhmm no estaba seguro, no podía contarle toda la verdad del porque me fui. Sonreí al escucharle, dijo que si… es perfecto, asentí y salí de la barra tal como me lo pidió, mientras la esperaba miraba el lugar y en especial por si no se le ocurría venir a un familiar suyo en este preciso momento. La mire cuando se acerco a mí y tome su mano tirando de ella para salir de allí.  – ¿Tu casa o la mía? – bromee dándole a entender que tendríamos un encuentro emmm romántico, no era momento para bromear sobre esas cosas.

Hice una mueca cuando dijo lo de ir al parque, pff bueno al menos no soltó mi mano, eso es una buena señal…. Lo quiero creer así. De todas formas el parque también es un lugar no tan mal para... – Contigo voy al fin del mundo si quieres – Entrelace mejor su  mano con la mía caminando a su lado. Joder, como echaba de menos esto. –  ¿Y tu familia? – Pregunte mirándola de reojo, no sé qué demonios  hago preguntando por su familia.

Sonreí negando, yo no podría ser serio como me lo pide, aunque debería estarlo luego de mucho tiempo. Mi sonrisa se borro al escucharle ¿aclarar? No puedo contarle la verdad, debía pensar algo que inventarme y que sea creíble…. Genial, esto me saco por morirme de ganas de estar en privado con ella, pero en vez de hablar yo prefería hacer otras cosas. – Yo opino que mejor me beses, eso sería una gran solución a esto – Dije divertido, pero mi diversión se fue a la mierda cuando menciono el nombre de esa maldita, que ganas tenia de ir hacerle frente y matarla... trate de controlar mi odio o ella se daría cuenta. Me coloque delante de ella plantándole un beso en los labios.

Por un momento pensé que me correspondería a mi beso, pero era un idiota al creer que eso sería posible, al menos no me golpeo por atrevido o algo peor. Suspire soltando su mano cuando me pidió una explicación...pff  – Es algo complicado – Comencé a decir, no tenía ni idea que demonios le diría ¿Qué le invento ahora? O mejor debería contarle la verdad y adiós problemas… ja! Si como no, tendré más problemas si cuento la verdad. – Es por mi familia, hubo problemas bastante graves y tuve que irme para que no te involucraran… solo quería protegerte – Dije mirando hacia otro lado, ¿no se me pudo ocurrir otra cosa mejor? Por dios. Suspire volviendo la vista a ella. –Te amo, Freya… no tienes idea de todo lo que estoy arriesgando al estar aquí contigo cuando no debería – Joder, eso último no debí decírselo pero es la realidad.